La Calzada Romana XXIV de Antonino como eje vertebrador de la Sierra de Guadarrama. Crisis del modelo de crecimiento y necesidad de estrategias alternativas de desarrollo sostenible
En la Sierra de Guadarrama, el
modelo desarrollista de actividad inmobiliaria sin límites ha fracasado sin que se haya generado todavía un
modelo alternativo sostenible. Hay coincidencia en muchos sectores en que hay
que sustituir ese monocultivo del ladrillo buscando una diversificación y un
modelo más respetuoso con los valores del territorio y la identidad y la
calidad de vida de nuestros pueblos.
La
sierra se ha convertido en un territorio desorientado respecto a su futuro. Se exploran iniciativas puntuales,
demasiadas veces sin el adecuado soporte financiero y de viabilidad, los
Ayuntamientos enfrentan el reto de un saneamiento de las cuentas municipales y
en paralelo abordar la necesidad de
generar alternativas de reactivación económica para sus vecinos. Pero
faltan estrategias, análisis de fondo y conocimientos de los recursos propios.
Existe compromiso y voluntad de servicio, pero se carece de recursos
económicos, experiencia e instrumentos
de análisis y gestión.
El Observatorio Ciudadano para la Conservación
del Patrimonio viene proponiendo los
Catálogos de Patrimonio de Bienes y Espacios Protegidos como un Instrumento de
identificación de los recursos propios, un primer diagnóstico que permita ir
elaborando planes específicos de puesta en valor.
La elaboración de los Catálogos de
Patrimonio de Bienes y espacios Protegidos, viene obligada por la Ley de
Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid del año 2013. Sin embargo son
pocos los municipios que han elaborado o actualizado sus catálogos, y casi exclusivamente
con vistas a los PGOU. Los Catálogos no están siendo valorados como un
instrumento de análisis de los recursos endógenos y posibles desarrollos, lo
que limita drásticamente su utilidad como medio de gestión, como herramienta
para elaborar estrategias de desarrollo sostenible.
Otro problema añadido es que no
existen unos criterios homogéneos a la hora de su elaboración que quedan al
criterio del técnico que haya recibido el encargo. No existe una metodología
homogénea con lo que es frecuente que no se incluyan aspectos como el
patrimonio inmaterial, el paisaje, los viejos caminos históricos y las vías
pecuarias, el patrimonio natural o incluso los espacios protegidos. En
demasiadas ocasiones se limita a la inclusión de unos planos genéricos que no
permiten a nivel local ninguna protección efectiva. El trabajo se limita a
pretender un compendio de los elementos patrimoniales, casi un inventario de
una parte del patrimonio existente. El documento es utilizado para el PGOU y termina
durmiendo en los archivos municipales.
Sin embargo los Catálogos pueden ser
una excepcional oportunidad de disponer de un diagnostico de los recursos
patrimoniales locales, para proceder a su análisis y selección e incorporación
a unos Planes Directores que se apoyen en su puesta en valor con el conjunto de
los demás recursos locales. El futuro es
multidireccional pero en los pueblos serranos el patrimonio es un recurso
importante a utilizar y hay que especializarse en su aprovechamiento.
Sin embargo a nadie se le oculta que
a nivel local es difícil articular eficazmente estrategias integradas. Los
problemas comunes se deben abordar de forma conjunta y por tanto es preciso articular estrategias comarcales
que generen sinergias y permitan accesos
a fórmulas de financiación que se escapan a cada municipio individualmente.
La
alternativa a la actual parálisis es apostar por una reactivación económica que
ponga en valor los importantes recursos naturales, culturales, etnográficos y
humanos que tiene la sierra madrileña, con la imprescindible implicación de la
propia población.
Es urgente elaborar nuevos modelos
de consolidación y calidad de vida de los pueblos serranos. Conservar y reactivar
su actividad económica, recuperar actividades tradicionales combinadas con
nuevas tecnologías. Hay que identificar,
seleccionar y poner en valor los recursos locales, con especial énfasis en el
patrimonio como seña de identidad fundamental y principal recurso a
desarrollar.
Si en cualquier entorno es
importante el concepto de sostenibilidad
como garantía de continuidad y conservación, en la sierra de
Guadarrama adquiere una trascendencia
decisiva. La riqueza de recursos y su fragilidad -en parte provocada por la
cercanía de la metrópoli- obligan a una gestión prudente y profesionalizada que
tenga muy presente los objetivos a largo plazo. Uno debe ser la sostenibilidad
pero otro la calidad de vida de la población, que esta disponga de los recursos
necesarios para mantener su vinculación con el territorio.
El
Observatorio para la Conservación del Patrimonio de la Sierra de Guadarrama
En el año 2013 se creó el Observatorio Ciudadano para la Conservación
del Patrimonio de la Sierra de Guadarrama. El Observatorio hoy ya está
formado por 38 asociaciones
culturales serranas. Se han ido incorporando a título individual,
investigadores, profesionales, profesores
universitarios, junto a vecinos sensibilizados y representantes de los
pueblos de la Sierra de Guadarrama. El objetivo compartido es la defensa y
recuperación del patrimonio a través de proyectos que, a partir de la
iniciativa ciudadana, impliquen a las diferentes administraciones para lograr
una recuperación y puesta en valor del riquísimo bagaje material e inmaterial
existente en los pueblos serranos.
La implicación de las asociaciones
miembros del Observatorio, los convenios de colaboración con diversos
Ayuntamientos y los convenios firmados con las universidades públicas
madrileñas son garantía de realismo vinculado al territorio y a las necesidades
concretas de la población, reconociendo a la ciudadanía el protagonismo que le
corresponde.
Los
convenios de colaboración con la UAM y la UPM significan la incorporación del mundo de la
universidad a la realidad cotidiana de la sierra, una alianza en la que cada
uno aporta su faceta de conocimiento, lo que permite la elaboración de
identificaciones y diagnósticos que sirvan de base sólida para establecer
estrategias comarcales y generales, al servicio de los pueblos serranos, diversificando
y de alguna forma especializando al territorio.
Un elemento esencial para lograr ese
objetivo es el potenciar a nivel municipal las REDES DE COOPERACION MUNICIPALES entre los diferentes municipios
con independencia de la orientación ideológica de cada equipo municipal. Dinamizar
las economías locales, combatir el paro, sobre todo el juvenil, generar nuevas
actividades económicas que canalicen la inquietud de muchos emprendedores locales,
son objetivos compartidos. El papel de la Federación Madrileña de Municipios
resultara fundamental para conseguir esa red de cooperación entre los pueblos
de la sierra.
El Patrimonio como motor de
desarrollo local sostenible
Habitualmente se ha venido considerando al patrimonio como un concepto cultural sin contenido económico salvo
los costes de su mantenimiento. Pese a las, cada vez más extendidas,
experiencias exitosas de gestión rentable del patrimonio, tanto a nivel
internacional como nacional, la inversión en patrimonio se sigue considerando
por algunos sectores como un gasto improductivo. La realidad es que la cultura también es economía. El patrimonio también es un recurso.
Frágil e insustituible pero que adecuadamente puesto en valor cumple una función social de difusión del conocimiento
(calidad de vida de la población) y otra económica en la medida que se ha
demostrado la rentabilidad económica de la inversión, si se
hace con rigor.
El Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, dirigido por los profesores Juan
Alonso Hierro y Juan Martín Fernández,
llevan años analizando la viabilidad de la inversión en patrimonio,
comparando los gastos en patrimonio histórico (GPH) con los ingresos del
turismo cultural (ITC), tanto a nivel macroeconómico como microeconómico, demostrando la
rentabilidad económica en ambos
escenarios.
En España desde el 2000 al 2008 la
tasa media de crecimiento anual del turismo cultural fue del 13,3%, muy
superior a la media de la economía Española (7,1%). En solo cuatro años,
2004/2008, se ha duplicado el PIB asociado al patrimonio cultural.
“Con una inversión de entre 1.200 y 2.500
m/€ se ha generado en España un turismo cultural que aporta 50.000 millones
de retorno”.
Alfonso
Muñoz. Director del Instituto del Patrimonio
Histórico Español. (Ministerio de Cultura).
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La
economía de la cultura se basa en la concepción de la preservación del
patrimonio como estrategia de impulso de un desarrollo económico sostenible. La
sostenibilidad es un criterio básico e ineludible. El segundo criterio es la
puesta en valor mediante una explotación equilibrada y prudente con objetivos a
largo plazo.
La inversión en España es muy escasa
y la gestión francamente mejorable. Se sigue concibiendo el patrimonio como un
elemento casi museístico, dirigido y monopolizado por “doctores” especializados
en historia cultural, pero sin espacio para los economistas de la cultura, ni
para los expertos en desarrollo turístico sostenible, que aportarían la puesta
en valor de ese patrimonio y su gestión rentable, respetando su sostenibilidad.
“Como bien saben muchas localidades,
la sola existencia de monumentos, yacimientos, hitos paisajísticos, etc., no
suponen por si mismos ningún beneficio económico automático para el municipio.
Hace falta una gestión de puesta en valor, con un rigor profesional y una
visión amplia y a largo plazo en la que la innovación juega un papel
determinante”. (Informe COTEC, 2014).
La
economía de la cultura se configura definitivamente como una palanca de nuevos
recursos para la recuperación de la economía local, la generación de empleo y
el bienestar de la población, especialmente de las zonas con mayor riqueza
patrimonial y más castigada por la crisis como son los pueblos de la sierra de
Guadarrama.
La calzada XXIV de Antonino como
Itinerario Cultural. Características y Potencialidades
La
Carta de Itinerarios Culturales de ICOMOS ((International
Council on Monuments and Sities) elaborada por su Comité Científico
Internacional de Itinerarios Culturales, define los itinerarios culturales como una “nueva categoría patrimonial, que no se solapa con las
tradicionales, sino que las enmarca en un sistema conjunto que realza su
significado e interrelaciona a través de una perspectiva científica que
proporciona una visión más completa de la historia”.
Un itinerario no es solo una vía
histórica de comunicación, sino un singular fenómeno histórico. Es el caso de
las calzadas romanas como creación de un proyecto de la voluntad humana. A su
vez han servido de escenario para un largo e ininterrumpido intercambio
cultural que han protagonizado durante siglos, romanos, hispanos, visigodos, musulmanes y cristianos hasta el
día de hoy.
El Itinerario de Antonino o de
Antonino Augusto Caracalla es la más importante recopilación de rutas del
Imperio romano. Redactado en el siglo III se conservan copias del siglo IV, en
la época de Diocleciano. Describe las principales calzadas romanas que, por su
importancia, constaban en el Registro del Pretor. El Itinerario enumera un
total de 372 calzadas que atravesaban todo el imperio. De ellas 34 pertenecen a
la península ibérica.
Una de las calzadas del Itinerario
de Antonino es la calzada XXIV que comunicaba Emerita Augusta (Mérida) con
Ceasar Augusta (Zaragoza). Al llegar a nuestra zona atravesaba el piedemonte y
la sierra de Guadarrama, pasando por el puerto de la Fuenfría, uniendo Toledo
con Segovia, en dirección SE-NO, recorriendo numerosos municipios del pie de
sierra y la propia Sierra de Guadarrama como Boadilla, Villanueva de la Cañada,
Villanueva del Pardillo, Colmenarejo, Galapagar, los Escóriales, Alpedrete,
Guadarrama, Collado Mediano, Los Molinos y Cercedilla. De la calzada partían
diversos diverticulum y calzadas secundarias que terminaban de articular todo
el territorio.
El interés de la Vía
XXIV es que ha vertebrado durante siglos las comunicaciones y los intercambios
humanos y económicos entre las dos mesetas atravesando el piedemonte y los
pueblos serranos. Es una infraestructura utilizada para el transporte de
mercancías, comercio, vigilancia militar y transporte de personas.
Como eje vertebrador
sirve de referencia para
conocer y reconocer todo el entorno natural, cultural y paisajístico de los
pueblos que atraviesa y desde ellos el resto de la sierra. Sirve de base y articula todo el entramado de
comunicaciones históricas de la Sierra de Guadarrama.
Su puesta en valor supone, además de
la propia de la calzada, la de los recursos naturales y espacios protegidos de
la sierra, el riquísimo patrimonio histórico/cultural aportado por las
sucesivas culturas, el patrimonio geográfico y paisajístico o el patrimonio
etnográfico de toda su zona de influencia.
El Objetivo es ofrecer a un mercado
inquieto culturalmente, a los especialistas, a los estudiantes, a muchos
madrileños y visitantes un producto cultural diferente,
basado en recursos locales, que sea moderno, sostenible y rentable social y
económicamente. La referencia obligada es el Camino de Santiago, en su faceta
cultural, donde el objetivo no es solo que la gente utilice la calzada sino que
conozca, disfrute y valore el medio natural y cultural que jalona el itinerario
cultural.
Un modelo de
desarrollo sostenible exitoso requiere el compromiso de muchos agentes
sociales, desde los municipios, verdaderos líderes del proceso y la Federación
Madrileña de Municipios hasta la
Administración autonómica, los sindicatos y asociaciones empresariales, partidos políticos y universidades. En lograr
su compromiso y apoyo estamos trabajando.
Estrategia de financiación
Un proyecto de la envergadura del
propuesto requiere una planificación cuidadosa y una importante financiación.
Ya se ha señalado la necesidad de abordarlo desde una perspectiva cuando menos
comarcal, a medio plazo y con criterios muy rigurosos profesionalmente.
Las dimensiones de la recuperación y
puesta en valor del Itinerario cultural de la calzada XXIV, supera con mucho
las posibilidades financieras de los municipios implicados. Por eso se opta por
buscar un sistema mixto de financiación a través de los proyectos europeos de
Interreg y especialmente del Programa de Cooperación Territorial del Espacio del
Sudoeste Europeo (SUDOE).
A través de este programa se aspira
a financiar el 75% de la inversión necesaria. El restante 25%, que debe ser
inversión local, se propone cubrirlo con una dotación presupuestaria de la
Administración Autonómica, en su mayor parte, a través de un Fondo para Proyectos Europeos que se
pretende someter a la Asamblea de Madrid para su inclusión en los presupuestos
de la Comunidad. Para ello se han abierto ya conversaciones con los diferentes
partidos representados en la Asamblea, confiando en alcanzar los
imprescindibles resultados de comprensión y compromiso.
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